Cuando en 2015 Washington adaptó a su nueva política hacia Cuba, la lista unilateral que cada año emite el Departamento de Estado sobre países “patrocinadores del terrorismo” hizo evidente las motivaciones con las que se elabora esa relación. Hasta un medio de comunicación como el diario español El País, nada cercano al gobierno cubano, lo reconoció diciendo entonces que “lo cierto es que Cuba ha permanecido en esta lista más por cuestiones políticas que por un riesgo evidente para la seguridad de EEUU o el mundo” (las negritas son de El País).
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